Tras los escándalos de la operación puerto, las manchas en este grandísimo deporte llamado ciclísmo y la sombra del dopaje sobre él, muchos aficionados dejaron de creer en este magnífico deporte. Pero han vuelto a ello, yo entre ellos, gracias a un joven español, de Pinto de toda la vida, de padres extremeños y con una historia de superación increible. Gente como Alberto Contador hacen que te apasiones por el ciclismo, que vuelvas a querer verlo, que pienses que hay vida después de Lance Armstrong. Y la hay, vaya que si la hay. Ayer, Contador ganó su primera etapa del tour en la montaña, en un mano a mano con el Rasmussen, lider actual del tour y uno de los mejores escaladores del pelotón. El jovencísimo ciclista consiguió tocar el cielo francés con las manos después de una vida deportiva y personal llena de caidas. Pero su filosofía de vida parece clara: "Si caes 7 veces... levántate 8". Y lo ha puesto en juego, vaya que si lo ha puesto.
En 2004, Contador sufre una caida en la primera etapa de la vuelta a Asturias. Tras unos dias hospitalizado y después de volver a casa, empezó a sentirse mal, por lo que volvió al Hospital. Se le diagnostíca un Cavernoma Cerebral (una malformación genética de una Arteria), por lo que tiene que ser operado urgentemente. Tras esta enfermedad, comienza un largo proceso de recuperación que le mantiene alejado de su mayor pasión: la bicicleta. Cada dia, cada segundo, se veía mas lejano a ella.
Vivir sabiendo que has podido dejar de hacerlo te hace más fuerte. Te arranca coraje y madurez, te hace cambiar. Alberto consigue esquivar a la muerte, recuperar la esperanza de volver a correr. Pero, justo cuando todo parecía ir viento en popa, un nuevo problema se cruza en su vida. Se ve salpicado por la operación puerto, sin tan siquiera conocer a Eufemiano Fuentes, y pierde la fe en ese deporte que tan feliz le hacía. Pero después de la tormenta llega la calma, y tras verse en la estacada, sin ilusión y sin fuerza, ahora es el candidato nº 1 a arrebatarle el tour a Rasmussen. Alberto se ha consagrado, y no en cualquier sitio. Plateau de Beille, donde ya dieran espectaculares exhibiciones de fuerza de voluntad el difunto Marco Pantani o el mítico Lance Armstrong.
Probablemente, cada vez que atacaba, cada vez que superaba uno a uno a todos los ciclistas, un recuerdo se le vendría a la mente: el desmayo de la vuelta a Asturias. "Ya no tengo miedo al cavernoma" dice, y lo dice con una convicción propia de un fuera de serie.
El mejor año de Contador.
Posiblemente, este sea el mejor año de contador. Tras ganar la clásica Paris-Niza (segundo español en conseguirlo tras Miguel Indurain, genio y figura del ciclismo español) con una escapada característica de Alberto, se ha destapado como uno de los mejores ciclistas del pelotón en la montaña, y que no se defiende del todo mal en la contrarreloj. Ha dado un tremendo salto de calidad, y es un serio candidato al tour, a solo 00:02:23 de Rasmussen.
Detrás de las cámaras.
Alberto Contador nació en el hospital 12 de Octubre y reside en Pinto (Madrid). Su familia es de Barcarrota (Badajoz), donde tiene muchos familiares y amigos. Adora a su hermano pequeño, Raul, con parálisis cerebral, y gracias a él ha aprendido muchas cosas, como a no desfallecer en los momentos claves, a tener siempre claro lo que quería y a no rendirse. Tras probar suerte con el fútbol y el atletismo, se dio cuenta de que lo suyo era dar pedaladas. Es un apasionado de los pájaros, con los que tiene un don especial. Cuando llegaba del colegio, lo primero que hacía era coger pan e ir a dar de comer a las palomas desde su balcón. Silbaba, y un montón de palomas acudían a su encuentro, a las que alimentaba incluso de su mano. Ahora, se dedica en su tiempo libre a criar canarios y jilgueros. También le encanta la música, su grupo favorito es El Canto del Loco y no se cansa de ver Braveheart. Una historia épica, como la suya.
En 2004, Contador sufre una caida en la primera etapa de la vuelta a Asturias. Tras unos dias hospitalizado y después de volver a casa, empezó a sentirse mal, por lo que volvió al Hospital. Se le diagnostíca un Cavernoma Cerebral (una malformación genética de una Arteria), por lo que tiene que ser operado urgentemente. Tras esta enfermedad, comienza un largo proceso de recuperación que le mantiene alejado de su mayor pasión: la bicicleta. Cada dia, cada segundo, se veía mas lejano a ella.
Vivir sabiendo que has podido dejar de hacerlo te hace más fuerte. Te arranca coraje y madurez, te hace cambiar. Alberto consigue esquivar a la muerte, recuperar la esperanza de volver a correr. Pero, justo cuando todo parecía ir viento en popa, un nuevo problema se cruza en su vida. Se ve salpicado por la operación puerto, sin tan siquiera conocer a Eufemiano Fuentes, y pierde la fe en ese deporte que tan feliz le hacía. Pero después de la tormenta llega la calma, y tras verse en la estacada, sin ilusión y sin fuerza, ahora es el candidato nº 1 a arrebatarle el tour a Rasmussen. Alberto se ha consagrado, y no en cualquier sitio. Plateau de Beille, donde ya dieran espectaculares exhibiciones de fuerza de voluntad el difunto Marco Pantani o el mítico Lance Armstrong.
Probablemente, cada vez que atacaba, cada vez que superaba uno a uno a todos los ciclistas, un recuerdo se le vendría a la mente: el desmayo de la vuelta a Asturias. "Ya no tengo miedo al cavernoma" dice, y lo dice con una convicción propia de un fuera de serie.
El mejor año de Contador.
Posiblemente, este sea el mejor año de contador. Tras ganar la clásica Paris-Niza (segundo español en conseguirlo tras Miguel Indurain, genio y figura del ciclismo español) con una escapada característica de Alberto, se ha destapado como uno de los mejores ciclistas del pelotón en la montaña, y que no se defiende del todo mal en la contrarreloj. Ha dado un tremendo salto de calidad, y es un serio candidato al tour, a solo 00:02:23 de Rasmussen.
Detrás de las cámaras.
Alberto Contador nació en el hospital 12 de Octubre y reside en Pinto (Madrid). Su familia es de Barcarrota (Badajoz), donde tiene muchos familiares y amigos. Adora a su hermano pequeño, Raul, con parálisis cerebral, y gracias a él ha aprendido muchas cosas, como a no desfallecer en los momentos claves, a tener siempre claro lo que quería y a no rendirse. Tras probar suerte con el fútbol y el atletismo, se dio cuenta de que lo suyo era dar pedaladas. Es un apasionado de los pájaros, con los que tiene un don especial. Cuando llegaba del colegio, lo primero que hacía era coger pan e ir a dar de comer a las palomas desde su balcón. Silbaba, y un montón de palomas acudían a su encuentro, a las que alimentaba incluso de su mano. Ahora, se dedica en su tiempo libre a criar canarios y jilgueros. También le encanta la música, su grupo favorito es El Canto del Loco y no se cansa de ver Braveheart. Una historia épica, como la suya.
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